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Burnout docente: Estrategias para la prevención y el afrontamiento activo

LF
Loreto Fica Luco 12 de diciembre de 2025

El ejercicio profesional de la docencia representa una labor de alta exigencia emocional y mental. En el contexto laboral actual, donde se invierte una porción significativa de energías y recursos, la exposición constante a tensiones puede conducir al Síndrome de Burnout o síndrome de desgaste profesional.

Este artículo tiene como objetivo servir de guía práctica para el profesorado y la dirección. El propósito es facilitar la identificación de las señales del síndrome y proporcionar estrategias prácticas y realizables para prevenir el desgaste y afrontarlo de manera activa.

1. Clave de identificación: Las tres dimensiones del burnout

El burnout se define como un estado de agotamiento mental, físico y emocional que resulta de la sobrecarga laboral permanente. Se manifiesta a través de tres dimensiones interrelacionadas, que ayudan a identificar el síndrome:

  • Agotamiento emocional: Sentir una falta de energía y recursos emocionales a causa del trabajo, experimentando cansancio persistente al final de la jornada.
  • Despersonalización: Desarrollar actitudes frías o distantes hacia los estudiantes o colegas, utilizando el distanciamiento como mecanismo de defensa ante el estrés.
  • Baja realización personal: Experimentar sentimientos de ineficacia y frustración profesional, percibiendo que la labor no es valorada o que las metas no se alcanzan. Los estudios sugieren que esta es la dimensión más sobresaliente entre el profesorado afectado.

Identificar estas señales constituye el primer paso, pues el burnout afecta la salud del profesional y produce el deterioro del servicio educativo.

2. Factores de riesgo: Comprender por qué los docentes son vulnerables

Es de conocimiento público que la profesión docente se encuentra en alto riesgo de desarrollar el Síndrome de burnout, y es importante saber que el desgaste se origina en la exposición continua a factores que desbordan los recursos disponibles.

Factores de mayor riesgo estructurales:

Es crucial identificar los factores que contribuyen al desarrollo del burnout entre los profesionales de la enseñanza. Estos elementos, a menudo interconectados, reflejan desafíos inherentes tanto a la naturaleza de la labor docente como a las dinámicas organizacionales de las instituciones. A continuación listamos los principales: 

  • Sobrecarga laboral y tareas repetitivas: La gran cantidad de horas laborales es una causa fundamental. Las actividades repetitivas y las sobrecargas en la tarea son situaciones que generan estrés.
  • Conflictos en el aula y la institución: El comportamiento agresivo de los alumnos y los conflictos entre profesores, padres y directivos incrementan el riesgo. Dentro de esta causa, la enseñanza en Educación Media puede ser más estresante que en Educación Básica, debido a las actitudes desafiantes de los jóvenes.
  • Ausencia de afrontamiento activo: Una práctica docente mal planeada, la carencia de formación profesional y la ausencia de estrategias de afrontamiento adecuadas se interrelacionan como ejes para el desgaste.
  • Organización sistémica disfuncional: La carencia de una adecuada organización dentro del establecimiento, y el mal funcionamiento relacional y comunicativo, son causas principales del Síndrome de Burnout.

3. Estrategias de afrontamiento activo

Frente al agotamiento crónico, se requiere un estilo de afrontamiento activo que movilice esfuerzos cognitivos y conductuales para buscar soluciones. La desconexión intencional y la recuperación de la autonomía son mecanismos eficaces para mitigar la fatiga emocional.

A continuación, se presentan estrategias prácticas para implementar el afrontamiento activo:

  • Tomar distancia: Establecer un hito claro para marcar el fin del horario laboral o darse una pausa antes de finalizar las horas no lectivas (ej. usar una alarma, cerrar el equipo 5 minutos antes, escribir una línea de agradecimiento), para así darse un recreo mental antes de partir con la siguiente actividad o de terminar el día. 
  • Buscar y generar apoyo con otros docentes: Promover o intencionar instancias de colaboración emocional entre profesores. Elogiar a un profesor frente a su clase, organizar días de colación compartida, llevar algo para compartir entre los profesores. Entregar emociones positivas hacia los demás también ayuda a bajar nuestros propios niveles de estrés. 
  • Reclamar la autonomía personal: Fijar límites y prioridades dentro del horario laboral para sentir control sobre la propia agenda. Establecer un top 3 de prioridades para la semana y no hacer nada extra. Establece un horario sin pantallas o días fijos para poder hacer una actividad que te nutra, en lugar de llevar trabajo a la casa, como salir a caminar, comer con amigos o leer un libro. 
  • (Re)conectar con el propósito: Recordar la razón de ser de la vocación. Revisar cartas recibidas por estudiantes a lo largo del tiempo, reflexionar sobre un momento de crecimiento de un estudiante al final del día, agradecer en conjunto con tus estudiantes por algo que haya pasado durante el día. 
  • Practicar la respiración consciente: Hacer una pausa breve para relajarse de forma intencional. Iniciar la clase con un minuto de silencio o respiración lenta.

4. Prevención del burnout: Liderazgo directivo en acción

El rol directivo es esencial para prevenir el burnout, ya que una de sus principales causas es la baja organización dentro de la institución. Las acciones directivas deben centrarse en el reconocimiento, la reducción de la carga y la mejora del ambiente laboral.

Fomentar el reconocimiento y la valoración

  • Buscar el reconocimiento de la labor que desempeñan los docentes mediante refuerzos sociales y reconocimientos públicos.
  • Incentivar el trabajo a través de bonos económicos o cantidades extras por desempeño y comprobantes del mismo.
  • Aumentar el nivel de compromiso de los docentes mediante el apoyo a la gestión docente.

Reducir las fuentes de estrés organizacional

  • Disminuir situaciones que crean estrés como las actividades repetitivas, las sobrecargas en la tarea y las malas comunicaciones con las directivas.
  • Considerar la variedad y flexibilidad de la tarea para combatir las fuentes de estrés.
  • Mejorar el ambiente laboral generando un entorno de buenas relaciones interpersonales.
  • Favorecer espacios y momentos de compartir emociones y sentimientos con los compañeros.

Implementar programas de ayuda y soporte

  • Aplicar estrategias preventivas frente al Síndrome de Burnout.
  • Implementar programas de ayuda con un coach que realice visitas semanales al establecimiento. 
  • Realizar jornadas de retroalimentación enfocadas en el bienestar docente y no en el desempeño. 
  • Proporcionar entrenamientos en habilidades básicas y avanzadas en búsqueda de alternativa y procedimientos de reestructuración cognitiva ante situaciones estresantes.

5. Conclusión

El Burnout Docente, con sus dimensiones de agotamiento emocional, despersonalización y baja realización personal, es un riesgo latente, pero es previsible y manejable. La clave reside en la adopción de un estilo de afrontamiento activo por parte del profesorado, a través de la desconexión intencional y el establecimiento de límites. Paralelamente, la labor directiva es crucial para reducir las cargas estructurales, fomentar el reconocimiento y el apoyo profesional. Al abordar estas acciones de manera coordinada, se protege el bienestar del profesional y se asegura la calidad educativa desde la dimensión docente.

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